Nuestra Historia

Vestigios Prehistoricos

Los primeros momentos de ocupación de la comarca en tiempos prehistóricos se vislumbran en al Cueva de los Franceses donde se localizan Instrumentos de silex y algunos huesos que se pueden enmarcar en el Paleolítico Superior (entre los años 24.000 y 10.000 a.c.).

Debemos esperar luego a las edades con cerámica (3.500 a.c.) para volver a detectar la presencia del hombre en nuestro territorio. En esta era aparecen como novedades la fabricación de basijas, pulimento de piedra y domesticación de animales. en torno al pico de Alén, concretamente en Ilso Betaio se ha descubierto una área habitacional compuesta por un conjunto de fondos de cabañas de planta mas o menos circular pertenecientes a un asentamiento pastoril al aire libre.

En el mismo paraje, concretamente en la línea divisoria de aguas desde Alén a monte Ventoso se encuentra la estación megalítica (monumentos funerarios) más importantes de Bizkaia con 17 túmulos, 2 menhires y 1 cromlech (entre los municipios de Arcentales, Trucios y Sopuerta). También se conoce la existencia de yacimientos funerarios en cuevas en la Peña del Hoyo donde se excavan los yacimientos Lacilla 1 y 2 hayandose en el segundo una de las secuencias funerarias más importantes del País Vasco con un amplisimo numero de cadáveres, un gran conjunto de hachas votivas y un ajuar peculiar fechada sobre el 2000-4000 a.c. (Neolítico.-)

 
 
Historia
 


El Paso de Los Romanos

Sopuerta estaba atravesada de S a N por la calzada romana denominada Pisoraca-Flaviobriga (Herrera de Pisuerga-Castro Urdiales).
Esta importante vía de comunicación abierta en el inicio del siglo I penetraba por Avellaneda (al lado de la Casa de Juntas) y trascurriendo por los barrios de Carral, Mercadillo y La Baluga abandonaba el territorio encartado por el Alto de las Muñecas como lo demuestran los "Miliarios" de Avellaneda y Las Muñecas (actualmente ubicado en la plaza de Ontón).

Estos epígrafes viarios datan de los años 238 d.c. y 85 d.c. respectivamente y fueron erigidos a los emperadores Caio Julio Vero Maximino, el primero o de la Avellaneda y a Cesar Domiciano el segundo en honor a las reparaciones de la calzada y sus puentes realizados durante sus mandatos.

El primero de los miliarios descritos o de Maximino se encuentra y puede verse dentro de la ermita del Angel Custodio frente a la Casa de Juntas de Avellaneda. Recientemente ha sido restaurado un tramo y puente de dicha calzada romana en el barrio de Calzada-Puerta en Carral, existiendo otros vestigios de dicha calzada a lo largo de su recorrido por el pueblo.

 

 

 

 

 

 


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